domingo, 1 de octubre de 2017

Me voy al dentista: ¿antibiótico como prevención o como tratamiento?

La infecciones odontológicas por lo general representan el 10% de las prescripciones de tratamientos antimicrobianos pero realmente el odontólogo como profesional de la salud está capacitado para interpretar los tipos de infecciones y el tratamiento adecuado?. Para de esta manera evitar alguna complicación, esta investigación es de carácter constructivo para todos los profesionales de la salud va dirigida al odontólogo específicamente para demostrar la profilaxis antimicrobiana correcta como prevención o tratamiento. Existe muchas confusiones con este uso y se ha demostrado que se debe tomar en cuenta en casos especiales que realmente cumplan con los requisitos necesarios para dicho tratamiento dependiendo de la gravedad del caso y la manera en que se pueda comprometer la salud del paciente como su estado inmunologico si es sano o por alguna manera se encuentre inmunosuprimido, las infecciones odontogenicas son muy elevadas en los adultos arrojando un 90% con presencia de caries, 50% gingivitis y 30% periodontitis, además son polimicrobianas ya que en la cavidad bucal existen alrededor de 500 especies de microorganismos, al acudir a la consulta y presentar alguna de esta patología la finalidad es de prescribir un tratamiento específico y más eficaz y no uno de acción sistémica, Una adecuada higiene oral disminuye las infecciones odontogénicas, y especialmente la enfermedad periodontal, que se ha vinculado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

De la misma manera este artículo tiene la finalidad de permitir reflexionar sobre la justificación de dar antibióticos para tratar la infección odontogénica o prevenir sus posibles complicaciones locales o a distancia y razonar las directrices para el uso, si fuese indicado, del antibiótico más adecuado, teniendo en cuenta los datos científicos actualmente disponibles.
Es indispensable la anamnesis, exploración y observación de cada proceso odontogénico, así como identificar los antecedentes previos que puedan modificar nuestra conducta terapéutica y profiláctica.

La infección odontogenica debe ser abordada desde 3 ámbitos terapéuticos:

1)     Tratamiento etiológico odontológico que frecuentemente incluirá actuaciones quirúrgicas de mayor o menor envergadura
2)     Tratamiento sistémico de soporte, que incluirá manejo del dolor, medidas físicas para el control de la inflamación, hidratación y equilibrio de la glucemia
3)     Tratamiento antimicrobiano

Permite la explicación detallada del uso de antimicrobianos según el tipo de infección y el lugar donde esta se presente, común en gingivitis, abscesos, infecciones endodonticas de origen pulpar y periodontitis por mencionar algunas, en los últimos años se ha demostrado la resistencia que presentan los microorganismos a un tratamiento antimicrobiano específico y es de llamar la atención que de mayo resistencia este presentes en la enfermedad periodontal en este caso se recomienda profilaxis vía oral o tópica de amoxicilina 1000 mg 8/12 horas para un efecto rápido y en el caso de reacciones de hipersensibilidad o contraindicaciones a la penicilina Clindamicina 150/450 mg/6horas, azitromicina 500 mg/día, La duración del tratamiento suele oscilar entre 5 y 10 días. Generalmente se prolonga hasta 3 o 4 días después de desaparecer las manifestaciones clínicas.

Puntos clave a tener en cuenta antes de recomendar profilaxis para una actuación odontológica es la siguiente:
A.    Una bacteriemia transitoria no ocurre solo tras una extracción dental o cirugía periodontal, sino que también puede ocurrir en el contexto de un simple cepillado bucal o mientras se mastica chicle, estas también se relacionan con la mala higiene bucal y la gingivitis

B.    Las bocas sépticas con inflamación crónica se asocian también a un aumento de los marcadores de inflamación como la proteína C reactiva y el fibrinógeno, estos marcadores son predictores de accidentes cerebro vasculares

C.     El antibiótico utilizado debe ser de fácil administración recomendándose la vía oral y la dosis única siempre que sea posible, además para indicarse esta profilaxis debe existir un riesgo de infección del 10 % Dicho límite marcaría el límite del coste-beneficio teniendo en cuenta la probabilidad de infección y los efectos secundarios y la creación de resistencias inherentes a la toma de antibióticos

D.    No toda cirugía conlleva el mismo grado de riesgo de infección. Debemos distinguir entre 3 tipos de cirugía: limpia, limpia contaminada y sucia. Los procedimientos dentales se consideran «limpia contaminada», aunque si hay que intervenir sobre tejido infectado se considerará contaminada.

E.    La pauta antibiótica debe ser racional. Debemos usar el antibiótico apropiado para prevenir una infección concreta por un germen determinado. La selección más común es la Amoxicilina

F.    La administración de antibiótico debe hacerse de manera que el pico plasmático sea lo suficientemente alto en el momento de la intervención. Si se administra entre 30 y 60 min antes de la intervención y hasta 2 h después de la intervención, el riesgo de bacteriemia disminuye considerablemente.

G.    La profilaxis en cirugía dental en un paciente sano está recomendada solo en el caso de extracción de una pieza dentaria impactada, cirugía periapical, cirugía del hueso, implantes, injerto óseo e intervención de tumores benignos, en cambio en personas con riesgos de infección local y sistémicas como en pacientes inmunosuprimidos, oncologicos o alteraciones metabólicas la cobertura antibiótica debería ser administrada antes de iniciar un procedimiento invasivo

Las situaciones en las que está indicada la profilaxis en la endocarditis infecciosa se están restringiendo, demostrándose que en muchas ocasiones los riesgos de tomar antibiótico preventivo son superiores a los beneficios, para una correcta profilaxis es necesario tener en cuenta la cardiopatía subyacente y el tipo de procedimiento que se va a realizar.

En las últimas recomendaciones propuestas por la American Heart Association el número de cardiopatías que precisan profilaxis antibiótica queda reducido a:

1)      Valvulopatías cardíacas adquiridas con estenosis o insuficiencia.
2)     Reemplazo valvular.
3)      Cardiopatía congénita estructural (incluidos trastornos estructurales quirúrgicamente corregidos o paliados), excepto un defecto único en el tabique interauricular, una comunicación interventricular completamente reparada o un conducto arterial persistente reparado por completo y dispositivos de cierre que se consideren endotelizados.
4)     Endocarditis infecciosa previa.
5)     Miocardiopatía hipertrófica.

Para la profilaxis de la Endocarditis Infecciosa el medicamento de elección es la amoxicilina oral en dosis de 2 g en adultos y 50 mg/kg en niños. En caso de alergia a la penicilina se recomienda Clindamicina 600 mg en adultos y 20 mg/kg en niños. Ambos tratamientos deben administrarse 30-60 minutos antes del procedimiento


José Manuel Latiegue

1 comentario:

  1. El usar un antimicrobiano para prevenir o como un tratamiento directo es un arma de doble filo, y a la vez un beneficio, y sobre todo muy complejo en el área odontológica, por 2 causas principales la primera es que en la cavidad bucal existen más de 500 especies de microorganismos, ya en el adulto las afecciones odontogenicas son súper comunes las caries, periodontitis y gingivitis y en gran proporción, es por ello que en la práctica odontológica hay tanta dificultad a la hora de recetar un antimicrobiano que actue específicamente sobre el microorganismo patógenos actual, y no de forma sistémica o afectando a un microrganismos comensal.
    Cuando hablamos de prevención y tratamiento son dos factores que van de la manos, lo pienso de esa manera ya que por ejemplo si un paciente tiene enfermedad periodontal, pues lo correcto es medicar un antimicrobiano como tratamiento de la afección, pero a la vez tendría una acción de prevención a una septicemia o endocarditis infecciosa, si estas bacterias llegasen a emigrar hacia el sistema cardiovascular, por este simple ejemplo, considero que es súper complejo este tema, y muy interesante el artículo.
    Esto nos da a conocer que realmente un fármaco tiene la capacidad de realizar dos acciones concretas sobre la salud del paciente afectado. “Evitar y mejorar”
    Aquí quisiera acotar el hecho de la importancia de una historia clínica en donde principalmente conoceremos por medio de ella si el paciente posee o no algún factor que lo inmunosuprima y por ende a que sea más propenso a una infección, que sería un factor indispensable a la hora de medicar un fármaco de este tipo

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